jueves, 28 de agosto de 2008

Quien lo conoció... lo amó

Por Reginaldo “Chacho” Cepeda


Uno de mis personajes favoritos de la historia del golf es sin duda Harry Vardon. Hoy dedico a su memoria esta columna que le va a encantar. Harry Vardon murió en Londres en 1937. Fue J. H. Taylor su más acérrimo rival en muchísimos torneos y su compañero en muchos otros, el responsable de pronunciar unas palabras en su funeral. Esto fue lo que dijo:

“Con la muerte de Harry Vardon, el juego de golf ha perdido uno de sus más grandes jugadores y yo, como varios cientos de compañeros, a un queridísimo e invaluable amigo. Nos conocimos por más de 40 años. Los dos debutamos en el Campeonato Abierto el mismo año, en 1893, en Prestwick. De eso hace ya mucho tiempo, el mismo que Vardon y yo fuimos socios sirviendo los intereses del juego por casi la totalidad de nuestras vidas.

Vardon, por lo que se, aprendió a jugar golf en Jersey, un lugar favorecido por el desarrollo de jugadores talentosos. Seguido me preguntan quién es el mejor golfista que jamás haya visto, y con la experiencia de toda mi vida en el golf, les puedo decir que he visto a todos los maravillosos jugadores de los últimos 50 años y con mi madurez y juicio considero que Vardon fue el más grandioso de todos ellos. Su estilo era tan aparentemente simple, que hacía dudar de su capacidad. Obtenía esplendidos resultados con esa deliciosa tranquilidad, sin esfuerzo aparente que resultaba exasperante. Se dice que Vardon nunca estuvo fuera del centro de ningún fairway que jugó durante dos años. No podría asegurarlo, pero sin temor a contradecirme les digo que Vardon jugó menos golpes desde el rough que nadie que haya golpeado una pelota de golf con un bastón. Sí el premio se diera al jugador que cometiera el menor número de los errores que los demás, entonces yo le doy el galardón a Vardon. Pegaba a la bola exactamente en el centro con cada bastón y con mayor frecuencia que cualquier otro jugador. Su fuerza de jugador la mostró obteniendo sus mejores hazañas en los momentos y circunstancias más difíciles, cuando la mayoría de los golfistas se derrumban abatidos por la presión.
Además de por su maravillosa destreza, Harry Vardon será recordado mientras que se juegue al golf, por haber sido uno de los más caballerosos y encantadores adversarios que jamás pudo haber. Tengo buenas razones para apreciar esto porque Vardon y yo, siguiendo nuestro instinto de competencia, nos encontramos cientos de veces y no obstante que era yo quien generalmente sucumbía, debo reconocer que las pocas veces que tuve la suerte de ganarle, me dio el más completo de los reconocimientos posibles.

Otro tributo que debo pagar a mi viejo amigo, es que a través de los años que lo conocí, nunca lo escuche expresarse con adjetivos de menosprecio hacia ningún jugador. Siempre y en todo momento estuvo dispuesto a ser el primero en brindar ayuda y consejo. Unido a su impresionante talento, Harry Vardon será recordado siempre como una de las almas más bondadosas que jamás existió. Quién lo conoció… lo amó”.

El Rumbo es Golf... NO LO OLVIDE




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